Just like Julia Child
- Roanna Padron
- Aug 28, 2023
- 4 min read
Este post está inspirado en un comentario que recibí. En la fiesta de cumpleaños de mis hijas.
"No te creo nada que lo hayas hecho tú."
Claramente, viene de una persona que no me conoce.
Porque la gente cercana a mi, sabe cuáles son mis pasiones. Películas, música, comer y cocinar. Y algo que hago mucho, desde hace mucho tiempo, es hornear que disfruto muchísimo.
En una conversación de media noche que tuve con otras mamás durante pandemia, una de ellas preguntó: "¿Cómo meditan?" Y una contestó: "Yo rezo..." y fue cuando me cayó el 20 que meditar no es cruzar las piernas, elevar las manos y repetir un mantra. Yo contesté que -en ese momento- leía.
Meditar, en realidad, es hacer algo en lo que enfoques el 100% de tu atención, y con el cual consigas paz, claridad. También, durante una clase en la misma época, una maestra dijo: "Meditar no es tratar de silenciar lo que está alrededor, sino integrarlo en tu práctica." Estas han sido grandes enseñanzas que me dejo el encierro en el que vivimos durante un año y medio.
La gente "medita" de diferentes maneras. Muchos hacen ejercicio; quienes corren dicen que su actividad les ayuda a llegar a ese estado "meditativo". Otra actividad física que se ha asociado con esto mismo es caminar en la naturaleza... Otros leen, escuchan música. Muchos se permiten ser consumidos por su trabajo.
Yo tengo varias actividades con las que me desconecto del aquí y ahora. Una amiga muy atinadamente les llamo mis "denials" (negaciones en español, pues.) Y las llevo a cabo de manera excesiva. Es lo que en inglés denominarían como "binge..." o en español, como atracón. Porque soy una persona muy pasional, en todo lo que hago. Veo tele... de a temporadas completas en una sentada. Leo... poquito... Escucho música... por horas. Como y bebo, hasta alcanzar los altos estándares que impuso Dionisio. Pero con la que realmente siento que medito y logro ese estado zen al que todos aspiran... es cuando cocino y horneo. Lo hago para mi, y para quienes atesoro en mi vida. Mis hijos, mi pareja, mis amigos. Es el regalo que viene de mi corazón y sé que llegará al suyo de la misma manera.
(Parentésis: irónicamente NO he leído Como Agua Para Chocolate, y entiendo, algo tiene que ver con esto que acabo de escribir.)
Dicen que es "padrísimo" y "una linda convivencia" con tus hijos hacer este tipo de actividad. Pero en mi experiencia, prefiero hacerlo sola porque otros 3 sets de mano solo complican más las cosas y entonces, no hay estado zen ni felicidad. Para mi, es una presea en solitario.
¿De dónde viene esta inspiración? Primeramente, de mi abuelita. Los grandes chefs siempre reconocen que su amor por la cocina empezó gracias a sus abuelas.
Y como segundo grado de inspiración: Julia Child. Y Martha Stewart. Pero ella es punto y aparte.

"If you're not gonna be ready to fail you're not gonna learn how to cook."
Una chef alguna vez dijo: "Nadie que se diga cocinero (porque... humildad ante todo) es delgado."
Y si. Si te gusta comer, disfrutas cocinar (que viene acompañado por el embebimiento correspondiente). Y a Julia Child le encantaba comer. Y esta pasión por comerla llevo a tomar cursos de cocina y eventualmente, escribir un recopilatorio de la tradicional cocina francesa con el paso a paso de T-O-D-O. Lo que la catapultó a la fama y a considerarse una eminencia de la cocina francesa, en Estados Unidos. Y, parafraseándola, "BUTTER makes everything better."

Así que a cocinar, sin miedo de los ingredientes que se piden.
Julia es una de las grandes. Y aunque sabía acerca de ella... fue hasta después de ver la película de Julie & Julia que me decidí a enfocarme un poco más en cosas que me dan felicidad. Y, ¡carajo! Si Julie pudo, ¡por qué no yo una persona sencilla del mundo real!
Martha, ooooh Martha. Mi power animal. (Uno de muchos, Miley también es otro.) Mis amigas me llaman, desde hace mucho, Mexistewart. For a reason.

Martha Stewart es alguien a quien admiro muchísimo. Es emprendedora, empresaria, se trató de tranzar a sus inversionistas, una genio de la industria editorial, gran cocinera y porque es über cool (su mejor amigo es Snoop Dogg.) No necesito decir más. Es mi go to para recetas.
Todo esto me lleva de regreso a... me encanta cocinar y hornear porque lo gozo y me gusta darle ese gusto a la gente que amo. Porque es mi momento. De estar. De total concentración. Que el resultado (sea bueno o malo) sea la mejor versión de mi que dí. Es mi meditación. Y no presumo de ser la mejor repostera ni cocinera. Pero hasta ahora, las únicas quejas que he recibido vienen de niños de 5 y 8 años a quienes no les tomaría la palabra.
Así que si me leen, me conocen o quieren conocerme... los invito a cenar y a pasar un rato agradable... with love, from me to you.














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